Por: Liz Damaris Vicente Berríos
Las hormigas nos enseñan una poderosa lección: cuando trabajan en unidad, logran grandes cosas que no podrían alcanzar solas. De igual manera, cuando nosotros unimos nuestras fuerzas y trabajamos en equipo, somos capaces de lograr lo que parecería imposible de forma individual.
Cuando colaboramos y nos apoyamos mutuamente, transformamos nuestras limitaciones en fortalezas. Unidos, alcanzamos metas más altas de las que podríamos imaginar por nuestra cuenta.
“Dos son mejor que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo. Si uno cae, el otro lo levanta.
Pero ¡ay del que cae y no tiene quien lo levante!”
— Eclesiastés 4:9-12
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