Por: Liz Damaris Vicente Berríos

La vida a menudo trae tormentas: momentos de caos donde la claridad parece lejana y el miedo amenaza con tomar el control.
En esos momentos, es natural sentirse vulnerable, como si nada tuviera sentido. Sin embargo, las tormentas son temporales. Así como el cielo se despeja después de una lluvia intensa, la confusión y el miedo dentro de nosotros también se calmarán.
Es fundamental reconocer que las decisiones tomadas durante una tormenta pueden estar influenciadas por perspectivas distorsionadas. Esperar con paciencia, incluso cuando sentimos el impulso de actuar, nos permite recuperar la claridad.
Confía en que la tormenta pasará, y cuando lo haga, el camino hacia adelante será más claro y firme. En esa calma después de la tormenta, encontramos la fuerza para avanzar, no solo sobreviviendo, sino prosperando.
La paciencia en medio del caos no es fácil, pero es un acto profundo de fe en nosotros mismos y en el ritmo natural de la vida.
“El Señor dará fuerza a su pueblo; el Señor bendecirá a su pueblo con paz.”
Salmos 29:11
Añadir comentario
Comentarios
Great resource!