Por: Liz Damaris Vicente Berríos
Mientras trabajaba, mi mente se sumergía en una pregunta profunda:
¿Cuál será el propósito de Dios para mí? ¿Hacia dónde me llevará? ¿Realmente existe un propósito, algo verdadero, o es solo un pensamiento para mantenernos funcionando en este mundo? ¿Es posible estar realmente conectado con nuestro propósito, o es un descubrimiento diario, paso a paso?
Pensemos en esto: si nuestra mente puede controlar nuestras acciones, y si elegimos pensar de manera positiva y tomar pasos en esa dirección, entonces sembramos resultados positivos. Lo mismo se aplica a lo negativo; nuestros pensamientos guían nuestras acciones y, a su vez, dan forma a nuestra vida. Y como nos recuerda Filipenses 4:8, al enfocar nuestra mente en lo que es bueno, verdadero, justo y puro, nuestras acciones seguirán ese camino, llevándonos hacia la paz.
Entonces, me pregunto, ¿es la paz el propósito? ¿Es servir? ¿O simplemente vivir de acuerdo con Su plan? Quizás la respuesta no sea una sola cosa, sino una integración de todo, entrelazada en las manos de Dios, donde cada momento, cada pensamiento y cada acción forman parte de un propósito mayor.
La Biblia nos enseña que cada uno de nosotros ha sido creado con un propósito único. En Jeremías 29:11, Dios nos asegura que tiene pensamientos de paz y un futuro esperanzador para nosotros. Al explorar nuestros dones y talentos, descubrimos que podemos usarlos para-Su gloria, tal como se nos indica en 1 Pedro 4:10. Vivir una vida de amor y servicio, como nos enseñó Jesús en Mateo 22:37-39, nos ayuda a acercarnos a nuestra verdadera vocación.
Al buscar primero el Reino de Dios (Mateo 6:33) y permitir que el Espíritu Santo nos guíe (Juan 14:26), podemos encontrar la dirección que anhelamos. A través de la oración y la meditación en Su Palabra, nuestros corazones y mentes se alinean con Su voluntad.
Recuerda que el propósito no siempre se revela de inmediato; es un viaje continuo, una relación en crecimiento con Dios. Al vivir alineados con Su Palabra y buscando Su guía, poco a poco descubrimos el propósito que Él tiene para nosotros, y encontramos paz en el camino.
Filipenses 4:8
Reina-Valera 1960
8 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
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